martes, 27 de junio de 2017

Los elementos

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El frío me estremece las entrañas y la oscuridad ensombrece mi alma.

Busco el fuego: cálido, acogedor y risueño... pero su instinto travieso me invita a buscarle mientras se esconde en sitios donde mis manos mundanas nunca serán capaces de llegar.

Necesito encontrar refugio, un lugar donde cobijarme, así que me levanto y saludo con cuidado al tímido viento que se mece entre los árboles.

Rehuye de mí, desconfiado y esquivo, pero su naturaleza curiosa le impide abandonarme a mi suerte. Su revoloteo acentúa los temblores, pero yo le quito importancia y extiendo mis brazos hacia él para asegurarle que no tiene nada que temer.

Al principio danza asustado, pero en cuanto doy vueltas al son de sus remolinos acompasados, la timidez se escabulle y la confianza vincula nuestras esencias.

Sus fríos tentáculos me instan a seguirle, así que decido que lo mejor es dejarme llevar.

Sus juegos enredando mis cabellos, saltando conmigo hasta el cielo y robando el eco de mi voz, consiguieron espantar el peso que residía en mis huesos.


Las tinieblas se disipan a nuestro paso y una esperanza poco degustada endulza mis labios.

Estoy tan embelesada disfrutando del empujón de buena suerte que he tenido, que el repentino arrebato que tuvo la tierra al pisar una zona verde, me deja sin aliento.

Un muro de roca, duro e imponente crece ante mí sin miramientos. De no ser por la rápida respuesta de mi amigo el viento, la tierra no habría tenido ningún reparo en aplastarme.

El susto hace mella en mí, debilitando mis piernas y obligándome a arrodillarme en el suelo.

El viento me acuna con dulzura y lucha por alejar esa sensación tan amarga que hormiguea por mi cuerpo. Tengo ganas de llorar, así que bajo la cabeza y lucho contra las lágrimas. Es entonces cuando me encuentro con el pequeño jardín que he usurpado.

Una pálida y dulce margarita languidece a mi lado, muy cerca de unas hermanas con los pétalos en su dirección, apenadas por su suerte.
He sido yo, estaba tan distraída jugando con mi nuevo amigo que había dejado de ver dónde pisaba.

La acaricio con cuidado e intento ayudarla para que vuelva a ponerse en pie, pero parece haber perdido toda su fuerza.

Rápidamente desentierro su raíz y urjo al viento para que me guíe hasta un lugar con algo de agua.

La fuerza de su empujón casi me deja sin respiración, pero en un abrir y cerrar de ojos llegamos a un bello lago de aguas cristalinas. Me arrodillo en la orilla y extiendo la mano hacia sus aguas, pero ellas esquivan mis dedos sin dudarlo.

El agua no confía en mí. Muchos ya la han engañado, la han utilizado y luego se lo han pagado con daño y una cantidad infinita de basura. Nosotros somos los que hemos hecho al bondadoso elemento una entidad llena de temor y rencor.

Intento explicarle que no es con un fin egoísta, no me importa deshidratarme, lo único que quiero es ayudar a aquella pobre margarita. El viento intenta convencer a su hermana, que sigue algo insegura, pero al descubrir entre mis brazos a la pequeña herida, el agua, que es sabia y bondadosa, levanta sus barreras y deja que unas pequeñas olas humedezcan mis rodillas.

Sonrío, agradecida y, una vez que vuelvo a plantar la raíz de la flor, le ofrezco todo el agua que necesita.

Fue algo mágico. Sus pétalos se abren y toda su belleza explota en un arcoíris de colores. Ella me lo agradece infinidad de veces y yo me disculpo por mi torpeza.

Los cuatro elementos se han juntado a mi alrededor y me observan con detenimiento, estudiando lo que ha pasado. Yo no puedo evitar tensarme, asustada ante la incertidumbre de no saber qué era lo que iba a pasar a continuación. Pero fue una tontería, porque ellos habían visto la inocencia y la bondad que supuestamente hay en mi interior, esa que tiene una vez el ser humano pero que es corrompida con el paso de los años.

La oscuridad se desvanece de golpe, los seres del bosque y del lago salen de sus escondites a jugar con nosotros. El fuego ha calentado el lugar y la tierra ha levantado sus barreras alrededor de nuestro patio natural para que nadie nos moleste. Todo el malestar que tenía se lo ha llevado el viento, y una sensación cálida y placentera se ha adueñado de mi corazón.

Me han aceptado, me han invitado a su casa y me han permitido quedarme junto a ellos, a pesar de ser una de esos seres que les lastiman cada vez que tienen ocasión.

Jamás olvidaré aquella experiencia, siempre estaré agradecida, y siempre haré todo cuanto esté en mi mano para proteger a mis queridos amigos, los elementos.


lunes, 19 de junio de 2017

NAYA: Personaje de "La cara oculta"


Cuando el temblor comenzó a apaciguarse Naya miró a sus compañeros de clase, algunos se agarraban fuertemente a sus pupitres, asustados, mientras que a otros les había vencido la curiosidad y se habían acercado rápidamente a las ventanas. 

Naya se levantó de su asiento y se acercó al profesor de física, que parecía haberse quedado paralizado.
—Profesor.

Él clavó su perpleja mirada en la alumna:— ¿Qué ocurre?

—Este no es el mejor momento para acobardarse — le dijo mientras señalaba a sus demás alumnos.

El hombre se ruborizó:— Lo siento.

Naya no respondió, simplemente se volvió a sus compañeros y se subió en uno de los pupitres:— Escuchadme ahora mismo — Todos los alumnos clavaron sus miradas en ella:— Quiero que os pongáis en dos filas, una con los que suelen estar en los paneles de control y la otra con los que tengan más resistencia física, que cada fila vaya a su lugar asignado — Luego se acercó a uno de ellos y susurró — Dile al entrenador en cuanto os lo encontréis que os he ordenado rodear el centro y quedaros en modo defensivo, los del equipo especial iremos al frente pero, por si no conseguimos mantener la situación bajo control, necesitamos que alguien proteja el internado.

Al joven le tembló un poco la voz:— ¿Nos están atacando?

—Es extraño, pero es lo que parece.

Un gutural gruñido resonó por todo el campus, los alumnos casi se vuelven a las ventanas para descubrir qué era lo que había provocado aquel sonido, pero Naya le dio una fuerte patada al escritorio del profesor y lo estampó contra la pared, convirtiéndolo en un montón de astillas. 
Sus compañeros se quedaron petrificados, asustados por su agresividad.

—Haced lo que os he dicho ahora mismo.

Naya salió del aula, se acercó a la alarma y la activó. Todas las clases comenzaron a ponerse en movimiento. 

Sin esperar a recibir órdenes se acercó de nuevo a la alarma y le dio a un botón que tenía escondido en el lateral, una compuerta se abrió ante ella y su resplandeciente traje de combate la envolvió suavemente. 

Cuando estuvo lista Naya se metió allí dentro, cerró la compuerta y se sentó en la butaca que había en aquella diminuta sala verdosa. Encendió un pequeño aparato que había en el suelo, el holograma de una mesa de mandos apareció ante ella al igual que unas diez pantallas que cobraron vida, las cámaras de todo el internado, las armas y los vehículos estaban bajo su poder. 

Cuando se puso el auricular, accedió al sistema de seguridad del despacho del director y se apoderó del control de su pantalla.


Naya es uno de los personajes principales de mi novela: LA CARA OCULTA.

Es un libro que escribí con 15 años y que está sin corregir, pero que tengo la intención de publicar en el futuro. 

Le tengo un especial cariño tanto a la historia como a los personajes, fue un mundo que me ayudó a evadirme cuando más lo necesitaba y Naya es un personaje del que me siento muy orgullosa.

Espero que os haya gustado este pequeña fragmento introductorio del papel de Naya en "La Cara Oculta" y el boceto que hice de ella.

¡Nos vemos en el próximo secreto!

miércoles, 14 de junio de 2017

Festival de baile "ALGÚN DÍA"

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La casa de la Cultura de Valdemorillo siempre se ha caracterizado por tener unos festivales de danza originales, bien preparados y con unas temáticas muy diferentes en cada ocasión.

Este año no ha sido la excepción, es más, para mí ha sido el mejor festival que hemos tenido de los últimos seis años de los que he formado parte.

La idea que han querido plasmar las dos profesoras, coreógrafas y las creadoras de este evento era la del crecimiento tanto físico como personal a través del baile.

Uno de nuestros grupos más pequeños del centro abre el espectáculo representando el momento del nacimiento y, de ahí, los grupos de clásico, flamenco, baile moderno, funky/jazz y contemporáneo, se entremezclan y se desarrollan para llegar a lo que conocemos como "vida adulta".

Podemos ver, a través de estos cambios de estilo y de ritmo, cada momento de nuestro desarrollo: los felices, los sencillos, los complicados, las situaciones de incertidumbre en las que creemos querer algo y al día siguiente decidimos probar algo nuevo.  Y todo ello con un toque nostálgico y lleno de emoción.

En los intercambios entre baile y baile, pudimos apreciar y compartir con los espectadores nuestro crecimiento dentro de la escuela a nivel artístico. Imágenes de los ensayos de los grupos que iban a salir se adueñaban de la pantalla, y todos acompañados de un mensaje muy significativo, narrado por nuestra querida profesora de teatro, Mayte.

Por supuesto, esto no quiere decir que los bailes fueran perfectos, hay que tener en cuenta que las edades eran muy dispares, la diferencia entre la más pequeña, de tres añitos con la más mayor puede ser de cuarenta años más o menos. Y ninguno de los grupos es profesional, apenas hemos empezado a concursar este año. Pero eso no quiere decir que el sentimiento que se ha transmitido y la energía no haya dado la talla.

La imagen puede contener: 5 personas, personas bailando, personas en el escenario y personas de piePersonalmente, me siento muy orgullosa de todo lo que hemos conseguido, y no solo hablo por mi grupo, también por el resto de la escuela, porque durante estos tres pases que hemos tenido se ha podido notar lo mucho que hemos trabajado y evolucionado durante todo el curso.

Y lo mejor de todo es que estamos formando una pequeña familia ahí dentro, donde todos nos ayudamos, nos protegemos y nos preocupamos. Donde algunos de los grupos de los mayores intentamos ayudar a Alba mientras ella supervisa los bailes, ocupándonos de los cambios de vestuario y del detrás de escena; donde nada sería lo mismo sin el gran trabajo audiovisual y los efectos de los que disponemos en el escenario gracias a Raúl y la ayuda y la supervisión de nuestro querido Dioni. De verdad ¿Qué haríamos nosotros sin su frase: "Es que no tenéis casa o qué"? XD 

Sin duda ha sido un festival inolvidable que nos muestra todo el talento que hay metido en este pequeño pueblo.

Por desgracia no os puedo dejar el vídeo de todo el festival, pero sí uno de los dos bailes que nuestro grupo: SINERGIA, hizo durante el evento.

¡Esperamos que lo disfrutéis! 


lunes, 12 de junio de 2017

Reseña: Pacto de Lealtad

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Título: Pacto de Lealtad.
Autor: Gonzalo Giner
Editorial: Planeta
Nº páginas: 624
Narración: 3ª persona.
Genero: Histórica, bélica

Sinopsis:

“La vida de Zoe da un vuelco cuando se cruza en su camino Campeón, un perro sin estirpe que la ayuda a superar los problemas que le acechan. Juanto a él emprende un viaje en busca de su destino: la devoción por los animales y la lilbertad, cuya senda le ha señalado su padre. Cargada de arrojo, Zoe no solo se enfrentará a las pruebas que su tiempo le impone, sino que tendrá que luchar contra sí misma cuando el amor la encuentra”.

Opinión personal.

-       “PACTO DE LEALTAD” sin duda es una de las mejores historias que he leído hasta el momento. Lo cierto es que pasó un tiempo hasta que decidí comprarlo, la trama siempre me llamó la atención y los temas de las historias que nos cuenta este escritor siempre me han gustado, pero el último libro que leí de él me resultó un poco lento, lo que me echaba para atrás.
        
     Sin embargo ahora sé que me hubiese arrepentido de no haberlo cogido.

NARRACIÓN:

-       La historia está narrada en tercera persona, pero gracias a la manera en la que lo ha escrito a veces podemos tener la sensación de estar viviéndolo desde el punto de vista del personaje.
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     El haber utilizado este tipo de narración le da la facilidad al narrador de contar la historia desde varios puntos de vista diferentes. En Pacto de Silencio no vamos a ver únicamente cómo se desenvuelve sola nuestra protagonista: Zoe durante la Grerra Civil, también nos adentraremos en el mundo del espionaje a través de los ojos de su hermano: Andrés y de un veterinario del partido Nazi, facilitándonos el entender la situación del momento desde diferentes flancos.  
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     Y todo esto acompañado por una prosa muy limpia y un estilo casi impecable que consigue atraparte dentro de la historia y no poder dejarla hasta llegar a la última página.
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     El único fallo que he podido sacarle a esta historia está relacionado con el cambio de los puntos de vista que hemos comentado anteriormente. El problema de hacer esto es que hay veces que, cuando estás enganchado a la historia de Zoe (por ejemplo) y al cambiar de capítulo te encuentras con la de Andrés (que fue la que menos me enganchó) no puedes evitar molestarte, porque lo único que te interesa en ese momento es saber lo que va a pasar con la protagonista. Y, sí te encuentras con un cambio entretenido o que eclipsa ese sentimiento de impaciencia no pasa nada, pero si te encuentras con unas páginas que parecen meramente situacionales… Yo os juro que las veces que ha pasado me subía por las paredes.

AMBIENTACIÓN:

-       Sin duda es una historia muy original. Por supuesto que podemos encontrar varios libros ambientados en la Guerra Civil, pero creo que es la primera vez que leo uno en el que nos explican cómo era la situación de los canes. Durante esta época los perros no solo tuvieron un papel importante durante las batallas, también lo tuvieron llevando a cabo acciones humanitarias, y muchas veces les quitamos el mérito que realmente se merecen.
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     El autor mezcla muy bien este tema junto con otros componentes como son: la situación de la mujer y las dificultades e infravaloraciones que hacen a las primeras en tener estudios universitarios, la entrada en España del primer equipo canino de la Cruz Roja, las dificultades bélicas que se presentaban en la vida cotidiana de los ciudadanos de Madrid, pequeñas pinceladas de los experimentos nazis con los animales, la extorsión y manipulación del partido Nazi, y los enredos y traiciones dentro de todos los flancos que se forman durante la guerra.
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     Sí, son muchas cosas, pero la historia está tan bien estructurada que en ningún momento se te hace pesada o difícil de entender.

PERSONAJES:

-       Algo que para mí es muy importante es la caracterización del personaje. 

   Como escritora y psicóloga, cuando veo que un personaje no tiene cohesión o existen incongruencias con respecto a las decisiones que toma, o las situaciones que se le presentan, entonces para mí el libro empieza a perder la magia, pero, por suerte, esto no ha ocurrido en “Pacto de Lealtad”.
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    No solo la ambientación es una de las cosas más difíciles que tiene el autor a la hora de escribir una novela histórica, los personajes tienen que encajar dentro de la sociedad y tener las costumbres, los ideales y los conflictos morales que se supone, son comunes en el momento. Y todo esto, sin haber vivido en la época, es muy complicado. Pero Gonzalo Giner sin duda alguna lo consigue.
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     La protagonista es fuerte, decidida y luchadora, nunca se rinde, está dispuesta a terminar sus estudios de veterinaria a pesar de todos los golpes que le da la vida. Es una de esas mentes feministas y revolucionarias que hubo durante la Guerra Civil. Encaja perfectamente esta parte innovadora con la más conservadora, consiguiendo que Zoe nunca pierda esa cortesía típica, los modales, la etiqueta del círculo en el que se movía y la vulnerabilidad que solían tener las mujeres.
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    Podemos empatizar y entender los conflictos internos de cada personaje que se nos presenta en la historia.
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    Las relaciones entre los personajes son algo más débiles, pero no lo llego a ver como un fallo del autor, si no como una consecuencia de las normas sociales del momento y del distanciamiento que siempre había entre hombre y mujer. Podéis pensar que esto es un punto que hace flojear la trama, pero no es así, porque para paliar este problema nos presenta el lazo tan bonito y especial que se forma entre Zoe y Campeón, su perro.
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    Campeón sin duda es mi personaje favorito, es el factor emocional que le faltaba a esta mezcla tan explosiva. Consigue despertar emociones que hace que sintamos un intenso calor en la boca del estómago. Sufrimos, reímos y lloramos por él y por la profunda relación que se forma entre dueña y perro. Y chicos, si tenéis alguna mascota, os aseguro que os vais a sentir muy identificados. 


Resultado de imagen de pacto de lealtadEL FINAL.

-       Y qué decir del final. Los giros argumentales fueron muy buenos en cada momento de la trama y la conclusión que le dio a nuestra historia no creo que pudiese haber sido mejor.
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      Sin duda es un libro que merece mucho la pena leer.
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    ¡Y Mi enhorabuena al Escritor! se nota todo el trabajo que ha habido detrás de esta increíble novela.



             PUNTUACIÓN:     4’5/5

jueves, 8 de junio de 2017

Manías de los novatos de la liga de "Los Gafulas"



¡Hola de nuevo guardianes!

La entrada de hoy es un homenaje a todos los chicos que en algún momento dado, han tenido que entrar en el increíble grupo de los que llevamos gafas.

La primera vez que nos dicen que nuestros ojos necesitan una pequeña ayuda para poder ver mejor no sabemos muy bien dónde nos estamos metiendo y nos sorprendemos al darnos cuenta de que el mundo no era como creíamos. Esto es justo lo que nos da pie a realizar ciertas conductas que, de algún modo, compartimos cuando somos aún unos novatos. 

Por no hablar del hecho de que ahora el llevar gafas es toda una moda
Antes era algo que nos podía meter en problemas, tanto que podía llegar a ser un motivo para marginar a uno de nuestros semejantes, pero como muchos ya sabréis, esto ya no tiene porqué ser así.

Las nuevas generaciones de los "gafulas", "gafotas" (o como queráis llamarnos) se alegran y se sienten orgullosos de formar parte de nuestra liga, algunos hasta querrían meterse a pesar de tener una buena vista. Pero lo mejor es que estos pequeños novatos siguen cometiendo los mismos errores que nosotros, y a veces, incluso de manera más evidente ¡Lo cierto es que no puedo evitar reír al recordarme a mí misma hacía exactamente lo mismo! 😂😂

En el vídeo que encontraréis a continuación hemos recogido algunas de estas cosillas [como, por ejemplo, ponerte y quitarte las gafas para comparar el modo en el que ves las cosas] para que recordéis con nosotras esos divertidos momentos de torpeza y asombro y nos riamos un poco de nosotros mismos, algo que, en ocasiones, es bastante bueno 😉

Y sin más, os dejo con este pequeño Sketch ¡Esperamos que os guste y que consiga sacaros alguna que otra sonrisa! Sketch: bienvenidos a "Los gafulas"



¡Nos vemos en el próximo secreto!

martes, 6 de junio de 2017

Perdiendo la identidad

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No sé si es lo normal ponerse todos los días a las siete de la tarde los cascos bien apretados en los oídos, subir el volumen hasta que sientes que los tímpanos van a explotar y esconderse bajo una manta mientras miras la primera revista que te encuentras en la mesa del salón, pero yo no podría vivir sin hacerlo. 

Quizás parezca extraño, pero hacer eso me permitía sentir que yo tenía en control. Yo soy la que decide desaparecer, la que detiene el tiempo y consigue que se doblegue ante mis deseos. El destino no consigue empujarme, no me obliga a seguir adelante y afrontar los peligros que seguro me están esperando detrás de aquel trozo de tela. Burlo al universo. Burlo la maldición que me echó mi madre en el mismo momento de mi concepción.

Bueno, quizás el término maldito es demasiado radical,  supongo que esas personas no pueden conocer lo que es la felicidad, y yo, aunque sea en menor medida, la he podido degustar. Es mejor decir que la suerte nunca me ha sonreído o que no he tenido la oportunidad de verme rodeada por gente que pudiese echarme una mano cuando más lo necesitaba.

Es por esto que, cuando descubrí los periódicos, los telediarios y los informativos, mi modo de ver las cosas cambió. Allí podía ver todo tipo de historias, tanto buenas como malas, pero en realidad eso era lo de menos, lo que de verdad me impresionaba era descubrir que había una manera de demostrar que los habitantes de un mundo como en el que yo crecía teníamos voz en una sociedad que parecía ajena.
Yo quería ese poder, necesitaba explicarle al mundo la oscuridad que nos envolvía en aquel páramo olvidado de Bilbao, si lo conseguía conseguiría mi billete para salir de allí, para dejar atrás ese sucio hogar en el que me había criado mi madre. Era tanta mi ambición que incluso me llegué a obsesionar.

A los doce años todo cuanto existía para mí era la escuela, siempre tenía que sacar las mejores calificaciones, agradar a los profesores, hacer cualquier tipo de actividad que se me permitiese para mejorar el expediente que, en un futuro, conseguiría reposar en las manos del decanato de una de las universidades de periodismo de Madrid. Creo que fue entonces cuando empecé a refugiarme en esa manta que me había protegido tantas veces desde que tenía memoria.

Mi único deseo era poder salir de allí, no me importaba la opinión que tuviesen mis compañeros de clase, los malditos vecinos que no hacían más que cotillear a cualquier hora del día o incluso mi madre.

Era alguien fuerte, había aprendido a valerme por mí misma, a distanciarme de aquellas personas que me parecían un estorbo y acércame a las que tenían algo que ofrecer.
Puede que, dicho así, parezca una manipuladora, tampoco lo puedo negar, pero la vida con la que había tenido que lidiar era la que me había convertido en esto.

No quería echarle la culpa a mi madre, conocía perfectamente las condiciones en las que me había tenido. 

Nunca hablábamos de mi padre, o más bien del señor que puso su semillita en el interior de su supuesta amante, era un tema tabú y no había manera humana de destruir las barreras que había levantado contra él. No podíamos contar con nuestra familia por parte de madre porque, según tenía entendido, todo cuanto había hecho ella para irse de su India natal iba en contra de sus creencias y principios étnicos; para ellos ambas estábamos muertas. Lo que nos dejaba con absoluta y completamente nada. Mi madre no tenía ni estudios, ni ahorros ni posesiones; se quedó sola con una pequeña mochila y el feto que se convertiría algún día en mí. Todo un marrón, vamos. 

Aun no estoy segura de por qué no me odia, tiene todos los motivos del mundo para hacerlo, pero en vez de eso me convertí en el único motivo que tenía para seguir luchando. Es por esto mismo que me aborrezco cada vez que la culpo por el tipo de persona que soy, por enseñarme sin querer lo lujurioso y manipulador que puede llegar a ser el ser humano y  por no haberse dado cuenta del dolor que estaba sufriendo por una situación que ella había provocado sin siquiera darse cuenta. 

Pero ¿Cómo puedo deshacerme de esta sensación? ¿Cómo puedo conseguir volver a mirarle a los ojos como cuando era una pequeña niña de nueve años?

Sin embargo, esa preocupación quedó eclipsada ante mis logros académicos y mi brillantez ante el gran futuro profesional que me esperaba.

Todo lo demás me daba igual, no me importaba cambiar, dejar a un lado mis creencias y mis sentimientos, si con ello conseguía cumplir mi objetivo.